La
52 Serie nacional de béisbol concluyó para el equipo de Guantánamo con más
penas que glorias, y se impone un análisis de la discreta actuación del
seleccionado de la provincia más oriental en el principal espectáculo deportivo
en el país.
Luego
de un inicio a todo tren, que incluyó nueve victorias consecutivas, la nave de
Los Indios Guerreros del Guaso cayó en
picada, al extremo de quedar fuera de los ocho primeros cuando aún restaban
varios desafíos a la etapa clasificatoria.
La
merma ofensiva de jugadores claves en la alineación (por segundo año
consecutivo), lesiones de varios peloteros, así como un descenso en la
combatividad, fueron signos elocuentes que influyeron y determinaron en la
actuación del equipo de Guantánamo.
Ya
en la Segunda
División, estructura muy cuestionada a nivel nacional, las
gradas vacías y la desmotivación de peloteros y aficionados fueron las cartas
credenciales que se observaron en la gran mayoría de los juegos efectuados en
el estadio Van Troi, de la capital guantanamera.
Aunque
Los Indios fue el seleccionado al que menos peloteros escogieron para reforzar
a los clasificados (solo tres), el
equipo de Orlando Jarrosay clasificó en cuarto lugar para discutir el play off
por el noveno puesto, pero fueron eliminados por el representativo de Granma.
Concluye
así un torneo atípico para el equipo de Guantánamo. Una Serie marcada por
numerosas irregularidades que deberán analizarse a profundidad para limar las
deficiencias y encarar una preparación más efectiva para el próximo torneo.
De
igual manera se impone una renovación en algunas área importantes como la
receptoría y los jardines, de ahí que la labor del cuerpo de dirección y los
entrenadores en la base será ardua para recuperar terreno, y que Los Indios
Guerreros del Guaso puedan volver a llenar las gradas del estadio Van Troi,
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